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Con la mano en la tierra
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Flora
Orquídea
Hoy en día regalar una orquídea es símbolo de aprecio y admiración. Suelen regalarse para conmemorar días especiales.
Su nombre procede del griego y significa testículo, por la forma que tienen sus bulbos.
Existen 25.000 ejemplares diferentes en todo el mundo y aunque su origen es tropical se cree que han existido antes de la división de los continentes. Podemos encontrarlas en cualquier punto de nuestro planeta, de todos los colores y tamaños. Incluso nos la podemos comer, como la vainilla.
Las primeras orquídeas llegaron a Europa en el Siglo XVIII en barcos de la armada británica, aunque supongo que no llegarían en muy buen estado dada su delicadeza.
Poseen una simetría muy parecida a la simetría facial humana y son grandes engañadoras de insectos para que estos polinicen sus flores.
En cuanto a sus cuidados:
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Le gusta estar cerca de una ventana, pero con luz indirecta.
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Necesita humedad, por eso se suele poner una fuente con agua y piedras sobre la que poner la maceta, pero sin que las raíces toquen el agua.
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Cuando sus raíces se tornan blanquecinas hay que sumergir la maceta en agua, pues se está deshidratando.
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La maceta debe ser transparente, ya que sus raíces también realizan la fotosíntesis. A los dos años debe ser trasplantada, aunque a mí esta operación me ha costado más de una orquídea.
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Cuando sus flores se caen hay que podarla. Cortaremos el tallo por encima de los nuevos brotes que veamos en el mismo.
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Requieren de un sustrato y abono especial.
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No le gustan las corrientes de aire, como a la rosa de El Principito.
Está fue comprada hace unos días para regalársela a alguien muy importante en un día muy especial. Su acuarela, de la misma manera, corrió la misma suerte.
