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Flora

Melisa

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Su origen etimológico es griego y significa miel o abeja, ya que este insecto se siente atraído enormemente por el néctar de las flores de esta planta.

Es una planta perenne, natural del Mediterráneo pero que, por fortuna, puede plantarse en muchos climas y también en el balcón de tu casa. En invierno parecerá que ya no va a revivir pero dale tiempo y en primavera comenzará su resurgimiento.

Su aroma a limón es inconfundible y podemos utilizarla para hacer infusiones, en platos salados que combinen con el limón e incluso como tónico para pieles irritadas.

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No en vano, los romanos la llamaron "planta de la eterna juventud". Pensaban que fomentaba la longevidad y ahuyentaba la tristeza, aunque en realidad se debe a sus altos niveles de ácido rosmanírico de propiedades antioxidantes. 

En el siglo XVII los monjes Carmelitas Descalzos elaboraron el licor conocido como "agua del Carmen" que se utilizaba para aliviar los problemas nerviosos y era tomado como si fuera una medicina.

En la actualidad se utiliza para conciliar el sueño, reducir la ansiedad, la jaqueca, las digestiones difíciles e incluso los dolores menstruales.

Yo lo tengo siempre en mi huerto. Y aunque puede secarse o comprarse en un herbolario es tan fácil de cultivar y cuidar que bien merece la pena tenerlo plantado. Su sabor si se utiliza fresco en infusión o en recetas saladas se multiplica por mil a diferencia de la planta seca.

Si tienes oportunidad prueba sus efectos y no te defraudará.

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Otoño

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Invierno

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Primavera
 

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Verano

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