
Junio 2022
Junio es el sexto mes del año y etimológicamente proviene del latín Juno, que era diosa, hermana y esposa de Júpiter. Hera para los griegos.
Junio es, junto con septiembre, uno de mis meses favoritos. Lástima que ambos tengan solo 30 días, siempre se me pasan volando. Puede ser porque coinciden con el final y el inicio del curso y bien sabemos todos que las despedidas y los comienzos son arrolladores. Además ambos meses marcan el inicio de dos estaciones bien diferentes, el verano y el otoño, que por supuesto me encantan.
Pero centrémonos en junio. Hace un año para celebrar el día Mundial del Medio Ambiente que es el 5 de junio, me propuse un reto que denominé #juniosinplásticos#. En realidad fue un reto individual con el que traté de contagiar a mis alumnos y la realidad es que ese contagio se produjo solo en aquellos para los que verdaderamente somos un modelo a seguir. Es una fe ciega en los docentes, digamos lo que digamos o hagamos lo que hagamos. Al resto, les pareció graciosas sobre todo aquellas situaciones que se me fueron planteando.
El reto consistía en buscarme la vida a lo largo de todo el mes, sin poder comprar nada que viniera envuelto en plástico y que tras el uso de aquello comprado, su embalaje iría al contenedor de los plásticos. Durante este mes comencé a cambiar algunos hábitos que hoy por hoy están establecidos en mi vida:
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Dejé de comprar infusiones (ni en cajas, ni en bolsas); las compro a granel y las tengo en una cajita de madera separadas para realizar mis propias mezclas.
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Dejé de comprar agua embotellada. Esto fue lo que más me costó después de estar consumiendo 20 años agua mineral. Ahora la tomo filtrada.
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Dejé de comprar yogures. Me compré una yogurtera y nada que ver.
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Dejé de comprar envases de cosmética (aunque este proceso ya lo comencé un año antes). Ahora compro las materias primas y me elaboro el 70% de mis cosméticos. Lo mismo para la higiene íntima, una copa vale mucho más que mil cajas de algodón prensado.
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Intenté hacer mi propia leche vegetal, pero en esto fracasé porque no dispongo de tanto tiempo.
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Empecé a comprar a granel y a utilizar bolsas de tela cuando compro frutas, verduras, legumbres...
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Disminuí mis productos de limpieza. Hoy principalmente utilizo agua destilada, vinagre y limón. Aunque hay otros productos "más heavies" en mi despensa.
Este junio volveré a llevar a cabo el reto. Es para mí la única manera de buscar alternativas en mi día a día y prescindir de los plásticos de varios usos. Además de invitarte a que pruebes cómo sería tan solo una semana sin plásticos en tu vida, también te propongo una serie de actividades que ayudarán a cuidar del medio ambiente y a disfrutar de cosas que solo se pueden hacer en verano como: hacer tu propio papel reciclado, disfrutar de una limonada casera, realizar un exfoliante para cuidar la piel de nuestro labios, recolectar hipérico y hacer una maceración con él y disfrutar del solsticio del verano.
¡Feliz junio y feliz verano!
3. Prepara una limonada morena para combatir el calor.