
Julio 2022
Julio es el séptimo mes del año en el calendario gregoriano y toma su nombre del dictador romano Julio César que nació el 13 de este mismo mes.
Si hay algo característico de este mes para mí es que comienzan las vacaciones de verano. Muchos días por delante no sólo para descansar del curso pasado sino para imaginar y preparar el curso siguiente. No será así este año ni probablemente el siguiente pero en cualquier caso, julio es sinónimo de descanso y horas de aprender otras cosas con mis manos.
También es el mes de los viajes. Tras la pandemia en donde no pudimos salir allá donde queríamos, me he dado cuenta de que muchas veces soñamos con destinos muy lejanos que no están a nuestro alcance, bien por necesidad de tiempo o dinero, y desechamos otros que bien parecidos no los incluimos en nuestra lista de viajes pendientes. Por ejemplo, ¿Qué pueden envidiar las playas de Fuerteventura o el Algarve a las de El Caribe? ¿A caso no es la isla de Lanzarote un paisaje lunar en la Tierra? y ¿escenarios como el de las Médulas en Ponferrada o la Albufera de Valencia? Tengo mucha suerte de vivir en un país que ofrece inmensos lugares mágicos.
Este mes se lo dedico a la LAVANDA, ya que es el mes en el que florece, cuando se hace su recolección y secado para después utilizarla y aprovechar sus numerosas propiedades y usos como verás más adelante. No tenemos que viajar hasta Francia para visitar los famosos campos de lavanda; más cerquita en España podemos disfrutar de un paisaje similar. En concreto en dos lugares: Brihuega que está en Guadalajara y en Tiedra (Valladolid). En el primer caso, cada mediados de julio se celebra un festival de música en los mismos campos de lavanda. La gente se viste de blanco y disfruta del concierto a la par que del olor que desprenden las 1000 hectáreas que se cultivan de esta planta. Debe ser todo un espectáculo.
En cuanto al segundo no me hace falta imaginarlo porque ayer estuve allí.

Aunque en cuanto a extensión nada que ver con Brihuega, sus 400 hectáreas de lavanda te permiten disfrutar de una excursión multisensioral.


Posee un centro de interpretación, un jardín con variedades de lavanda (existe lavanda blanca también) y una tienda con productos hechos a partir de esta planta. Yo compré algunas cosillas, entre ellas, una cerveza artesanal de lavanda.
Lo ideal es hacer la visita por la tarde, cuando está cayendo el Sol. La luz será más bonita y las abejas puede que ya hayan terminada su jornada. Bien merece un viaje.





En julio te propongo hacerte con mucha lavanda para que puedas aprender cosas sobre ella, realizar bolsitas de olor, galletas y una bruma de almohada. Si no puedes recolectar la tuya propia, puedes adquirirla en un herbolario o en una tienda de comida o plantas al peso.
1. Descubre un buen libro sobre las propiedades y usos de las plantas.
2. Cose una bolsita de lavanda
3. Hornea estas galletas de lavanda que no te dejarán indiferente.
4. Elabora una bruma de almohada .
5. Conoce y aprovéchate de las propiedades de la lavanda.